Catalina Barcena
CARGANDO

CRÍTICAS Y OPINIONES

Críticas sobre Catalina

«Catalina tiene la suerte de ser una actriz intelectual, una actriz que piensa, que razona, que sueña, que estudia, que lee; una actriz-artista de las que crean los personajes, y no de las que los sirven. Crear un tipo es, ante todo, comprenderlo, y después darle vida, atmósfera, fisonomía y luz, de modo que el espectador se sienta convencido y conforme con él. Servir un tipo es... todo lo demás.

Pues bien: muy raras actrices crean sus tipos en España. Nuestras actrices, por lo general, y salvo una, dos y hasta tres excepciones, son de una ignorancia inverosímil. [...]

En España, eso de las actrices cultas comienza ahora. Y concluyo diciendo que la más culta de nuestras actrices es Catalina Bárcena y que esa cultura suya, unida a sus dotes portentosas de comedianta, hacen de ella la actriz de los autores nuevos y de los autores clásicos, la actriz del pasado... y la del porvenir»
Alberto Insúa
Periodista y escritor
«Su voz no se parece a ninguna voz conocida de hoy”. “La voz de Catalina suena a corazón y a cristal, lo cual es casi un milagro»
Amadeo Vives
Compositor
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«En esa onza de oro finísimo que se llama Catalina Bárcena, es tan admirable la artista como la mujer.»
Joaquín Belda
Novelista
«Madame Catalina es la estrella que ilumina tan armonioso conjunto. No le va la mantilla en la cabeza ni las castañuelas en las manos, ni el andar cimbreante, puño en la cadera y fondo de plaza de toros. Madame Catalina Bárcena es infinitamente más diversa, más ágil, más hábil para pasar en un instante de un sentimiento a otro, y es, sin duda por esto, mucho más española. Desde el primer momento ha conquistado en París derecho de ciudadanía artística.

Lleno de asombro y admiración, el público francés se enfrentaba a un espectáculo de arte sublime. »
Robert de Flers
Dramaturgo, académico y crítico teatral
«La Bárcena llegó a la perfección. No tenemos hoy damas jóvenes. Apenas asoma una dama joven, es frecuente que aspire a doctorarse de primera actriz, para quedar tal vez sin ser ni lo uno ni lo otro. La Bárcena es, pues, un caso de excepción, y anoche ha probado claramente que es maestra de emociones, de complejidad, de arte en fin. Yo no sospechaba en ella tan gran talento -no le moleste esta franqueza- y me complazco en consignar su triunfo, de los más legítimos y brillantes. ».
Ricardo Catarineu
Periodista, poeta y crítico
«Catalina Bárcena, original y multiforme, no es una actriz determinada, sino un vivero de actrices, a cual más natural y más encantadora…»
New York Evening Post
Periódico internacional
«Catalina es la mitad del Teatro de Arte de Eslava, la mitad de inspiración del dramaturgo, la cuidadora del hombre delicado… Ella reúne las cualidades que Martínez Sierra precisa para sus heroínas; la voz suasoria, musical; los ademanes musicales y maternales; la belleza tranquila; el tipo adecuado; el talento de crear y dejarse dirigir…, la gracia femenina. Las mujeres de la literatura de Martínez Sierra, son una sola: Catalina.

Y carne y hueso de Catalina Bárcena hay en el duro trabajo subterráneo de Eslava, el que no ve el público, que no se imagina qué disparatadas tensiones resisten esas débiles mujeres, las actrices. Pero la suerte no ha sido ingrata con nuestra Catalina. Enorme carga levantó, pero de flores. Ídolo en Madrid, en España entera, es la más sonada y famosa de las artistas dramáticas, es la indiscutida y la indiscutible. Se puede opinar de cualquier comedianta, no de Catalina, ante cuyo nombre todos se inclinan murmurando: “Catalina es aparte”»
Tomás Borrás
Crítico teatral
«Yo no tengo, desgraciadamente, la autoridad suficiente para poder analizar la labor teatral de tan genial artista; pero sí quiero rendir un tributo de admiración a la protagonista de La adúltera penitente, que supo hacer una escultura al vestir el simple hábito de un fraile; a la maravillosa actriz que dio carácter extrahumano e irreal a la Virgen de Navidad»
Joaquín Turina
Músico
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«Catalina Bárcena puede perfectamente hacer en un mismo día tres encarnaciones de la Nora de Ibsen y en cada una de ellas daría un nuevo matiz a la tragedia. Sarah Bernhardt ha podido dar tres representaciones de Hamlet en un mismo día, gran alarde de energía para el cual es preciso ser Sarah. Eleonora Duse hubiera dado de una vez toda su alma al príncipe doliente, y de una sola representación hubiera quedado destrozada para mucho tiempo»
Teatro Regis
México - 2 de Oct 1927
«Catalina Bárcena es sencillamente admirable por su naturalidad, por el ingenuo modo de exteriorizar sus emociones, por la verdad que pone en todos sus sentimientos…»
The World
Periódico internacional
«He aquí una actriz de natural belleza, cuya voz, de indefinible encanto, nos acaricia los oídos como si nos besase, y cuya sensibilidad le permite pasar de la risa al llanto, encadenando nuestras emociones a las suyas…»
Daily News
Periódico internacional
«Catalina Bárcena es una mujer adorable, de espíritu genial, un espíritu que se asoma a su voz, a sus ojos, a sus ademanes…»
The Sun
Periódico internacional
«Aunque sólo fuese por admirar a la Bárcena, que es única, deberíamos acudir todas las noches a este Teatro de Arte, orgullo de España…»
Evening Graphic
Periódico internacional
«Catalina Bárcena, nuestra ilustre compatriota, que con su arte inmenso ha asombrado a todos los públicos para gloria del teatro español, reaparece ante nosotros al frente de un gran conjunto que dirige e inspira el insigne Gregorio Martínez Sierra. Posiblemente su niñez la pasó en brazos de una de esas mulatas que tienen el pelo en áspera mazorca, en agresiva pugna con el peine, y con esa melancolía que se esfuma en el rostro de las mujeres que tienen a su cargo una carga preciosa. Catalina Bárcena conserva en sus pupilas el brillo de las noches tropicales»
La Habana
El barco: Monterrey. Delirio - 8 de Feb 1928
Multitud asiste y se tienen que poner sillas de tijera.

Los periódicos Nuevo Diario y El Heraldo se rendían a los pies de la primera actriz y de su Compañía: «El arte incomparable de Catalina Bárcena, alta dignidad del teatro español contemporáneo, lo fue todo y lo hizo todo anoche.

…ante algo tan grandioso artísticamente como lo que vimos ayer, el elogio enmudece. »
Nuevo Diario y El Heraldo
Santo Domingo y Puerto Rico / Caracas - 22 de Marzo 1928
«Maravillosa es la actriz española, que, en sus múltiples aspectos, nos recuerda a Maude Adams, Laurette Taylor, June Walker, Pauline Lord y Helen Menken, sin parecerse a ninguna, y en el mismo nivel de las más admiradas…»
New York Herald Tribune
Periódico internacional
«No es una actriz a la antigua usanza española, sino una actriz muy moderna, de las pocas que merecen ser aclamadas de mundo a mundo…»
New York Telegram
Periódico internacional
«Catalina, de color de frambuesa dorada y voz de plata oxidada, deleitosa de ver, exquisita de oír, toda emoción, perfume y gracia. Las tablas ceden el paso a la pantalla. Quedas tú, como reliquia, con tu silueta de oro, con tu voz mate de plata, con tu alma enorme, dulce y apasionada”»
Ramón Pérez de Ayala
Escritor y novelista
Así recordaría el dramaturgo Ramón María del Valle-Inclán la primera vez que vio actuar a Catalina:

«Hace ya algunos años quiso el acaso que hubiese de acompañar a cierta dama rusa, escritora hispanófila, a ver una representación en el Teatro de la Princesa.

Ponían en escena un drama, traducido del francés, con el título de La Corte de los Venenos…

Hablando en verdad, no esperaba ninguna sorpresa, y cátate que de pronto, en aquel coro de voces veteranas, canta como un gorjeo la voz juvenil de la dama joven - ¡juventud auténtica, gracia de primavera!- Terminado el acto, salí para buscar en el cartel el nombre de aquella para mí desconocida: Catalina Bárcena. Y como algunas veces me asiste el don profético, anuncié el alba de una gran actriz en nuestra tertulia del Café de Levante»
Ramón María del Valle-Inclán
Escritor
«Catalina Bárcena, a la cabecera del cartel de Eslava, es la intérprete del alma femenina, la eterna mujer que ha sabido parecernos en su complejidad, moderna, muy moderna, aunando lo popular, lo nacional y lo cosmopolita. No es una actriz de rebuscamientos plásticos, ni de alardes de gestos. Ello atrajo a Barradas para reelaborar su imagen e indagar en los misterios y en la expresión del rostro de Catalina, armoniosamente modelado en curvas de agua y fruta.»
Eduardo Marquina
Poeta, novelista y dramaturgo
El arte de Catalina Bárcena en El Universal, de México, 30 de octubre de 1927:

«Es una actriz en voz baja, melodía en sordina de un clavicordio en la que se transmite, estremecida, la eterna emoción [...]

La virtud suprema del arte de Catalina Bárcena es la simplicidad [...]

Allí donde otras no podrían hacer nada, ella tiene mucho que hacer. Es aquí verdad la frase de Racine: Toute l'invention consiste à faire quelque chose de rien. [...]

No se hicieron para esta artista de íntima y sutilísima fuerza expresiva las explosiones dramáticas, las violencias tremebundas, las agitaciones ruidosas y desmedidas... Su mundo es otro. [...]

La presencia de Catalina Bárcena no es de esas que rinden por arrebatadora hermosura. Veis aparecer en el tablado a una rubita cándida que, al primer ver, os parece insignificante. Luego, la rubita cándida habla. Y caéis en la cuenta de que esta poderosa arma de seducción que es la voz [...]

Se os antoja atipladilla, con un no sé qué de esfumado. Pero también con un poder de dulzura persuasiva que desconcierta [...]

Escena tras escena la actriz va creando al personaje. Y la rubita del habla desdibujada se va apoderando cautelosamente de vuestra simpatía. Ya no representa: vive. No acertamos a decidir si ella es el personaje o si el personaje es ella»
Carlos González Peña
Periodista
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«Su naturalidad escénica no venía de la improvisación, sino del estudio y la disciplina férrea, armadura con la que Catalina se revestía para superar el pánico que la embargaba al levantarse el telón.

Catalina Bárcena es, entre las artistas jóvenes de España, la de temperamento artístico más delicado y la de mayor sensibilidad intelectual»
Rufino Blanco Fombona
Poeta y crítico
Después de verla en el Teatro Lara con motivo al estreno de “La losa de los sueños”:

«La cualidad más relevante, a mi juicio, en el arte de Catalina Bárcena, es la espontaneidad.

Nunca se advierte en ella el efectismo premeditado; todo en ella parece improvisación. Señal cierta de que el arte de Catalina Bárcena es muy consciente, porque, así como el orador que improvisa es el que más abusa de los lugares comunes, el actor de inspiración es el que ha de acudir a los clisés, a los efectos, cuando la inspiración le falta. En la gimnasia espiritual, como en la corporal, ha de percibirse la agilidad y ha de desaparecer el esfuerzo; sólo así es graciosa la expresión en el arte.

Y así es el arte de Catalina Bárcena: de una gracia suprema, ágil, ligero; pero sin que la ligereza ni la aparente espontaneidad dejen lugar al temor de lo inseguro, de lo improvisado»
Jacinto Benavente
Dramaturgo y escritor
«…Después de una temporada por toda América, el Teatro de Arte Español ha colgado sus telones en Nueva York. La Bárcena es rica en belleza, en gracia y en espíritu y en encanto personal, y posee el tesoro de una voz subyugante, de la cual sabe sacar todas las inflexiones musicales. En los largos parlamentos de su papel, franca y modesta, llena de animación, sin llegar al nerviosismo, la Bárcena encantó al público. Fue un triunfo personal que satisfizo a todos. Catalina Bárcena es una joya de valor incalculable. Ante ella, el drama es ella. Todo palidece”»
The New York Times
Periódico internacional
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Desde la primera función vino el triunfo espectacular y absoluto, como destacaban las crónicas:

«The Spanish Art Theatre. ¡Teatro de Arte! He aquí bautizado con absoluto acierto el que acaba de hacer su presentación sobre la escena del flamante Forrest Theatre, uno de los más lujosos coliseos de Broadway, ofrendado como estuche de gloria a la genial Catalina Bárcena.

La sala, resplandeciente, aparecía llena por el más selecto público: los multimillonarios amantes de las cosas de España, los críticos de todos los grandes periódicos, muchos artistas deseosos de conocer a la que en París fuera proclamada LA MÁS GRANDE ACTRIZ CONTEMPORÁNEA; los asiduos concurrentes a toda novedad escénica y, naturalmente, las más caracterizadas personalidades, presididas por el embajador español. Los humildes que no pudieron gastarse los once dólares que costaba la butaca, quedaron en espera de que la temporada oficial se complementase con otra a precios más asequibles.

Ante enorme expectación se representó El camino de la felicidad, que gustó extraordinariamente, contentándose los desconocedores del castellano con seguir la acción por el argumento que en inglés se les diera. Pero la obra, a pesar de sus muchos méritos, era lo secundario. Todos disfrutaron igualmente del arte supremo de Catalina Bárcena, la artista incomparable, capaz de hacer llorar o reír al extranjero menos accesible y más ignorante de su idioma.

Catalina Bárcena, con su pasmosa naturalidad y esa fuerza emotiva, avasalladora, que la distingue y la eleva sobre todas las demás grandes actrices, supo imponerse a los neoyorkinos desde el primer instante, y su victoria no pudo ser más rotunda. Una sola noche le ha bastado para consagrarse como única.

La gloria de Catalina Bárcena es hoy un sol que desde Nueva York alumbra al mundo… Y no se tome esto por una hipérbole. Fuera de España, ¿qué otra actriz de Francia, de Italia, de Alemania, de Inglaterra, de los Estados Unidos, ni aún las ya maduras, puede compararse con esta?

Los críticos neoyorkinos, siempre demasiado exigentes ante todo lo extranjero, no han escatimado los honores en esta apoteosis de la artista española. En lugar preferente, aunque la misma noche hubo otros tres importantes estrenos, a doble columna y con el retrato de la actriz, las crónicas de los diarios de Nueva York, cuya orgullosa independencia de criterio los hacen tan temibles, no han podido ser más elocuentes»
Forrest Theatre
Nueva York - Abril de 1927
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